domingo, 22 de abril de 2007

Taller: La carrera previa del escritor (VIII)

Los agentes literarios

Como intermediarios entre el escritor y la editorial, representan los derechos del autor y los defienden tanto en España como en el extranjero y también en las adaptaciones cinematográficas que pudieran producirse. Se ocupan de buscar al editor idóneo que publique las obras de sus representados, y de negociar los contratos de la forma más favorable para el escritor. Conocen el medio en el que se mueven y viven de él. Cobran un porcentaje (variable) de lo que gane su representado. Las agencias literarias trabajan tanto con autores reconocidos como con escritores noveles. Reciben manuscritos, los seleccionan y llevan los mejores a la editorial que pueda publicarlos.

Algunas editoriales trabajan básicamente con agentes; les dan preferencia porque estas agencias ya han realizado la primera criba de la selección y saben cómo y dónde "colocar" las obras. Pero hay pocos agentes literarios, y más de la mitad representan a autores españoles en el extranjero, o a escritores y editores foráneos en España. Es difícil llegar a un agente editorial, pero no imposible.

Experiencia personal
Como muestra, un botón. Podemos contar la experiencia personal de Jerónimo Salmerón Tristante, autor de la historia medieval, con viaje espaciotemporal incluido, titulada Crónica de Jufré, de El rojo en el azul y de la reciente y exitosa La casa de los Aranda, editada por Maeva. Él mismo nos dice:

“Existe un momento en nuestra vida como escritores aficionados en el que uno pasa de tener un hobbie que produce satisfacción a verse metido en otra historia que por supuesto te da satisfacciones pero también bastantes disgustos. Me refiero a ese momento crucial en que un amigo tras leer un manuscrito tuyo te dice:

-Esto está muy bien, ¿por qué no lo mandas a una editorial y lo publicas?.

¡Cómo si esto fuera tan fácil! A partir de ahí uno comienza a enviar manuscritos a las editoriales más importantes (por supuesto el primero lo enviamos a Planeta, ¡no íbamos a ser menos…!) y comprobamos que no nos contestan o que nos devuelven nuestro ejemplar a veces con una educada carta de rechazo o simplemente sin nada.

CUIDADO. Es en ese momento cuando el escritor novel piensa que su obra es de baja calidad, o poco comercial, o mala malísima. NO HAY QUE CAER EN ESTO.

La explicación es sencilla: las editoriales reciben miles de manuscritos al año y es simplemente imposible que los analicen como se debe. Yo mismo vi en Planeta en BCN una pila de más de 20 tochos ¡QUE ERAN SÓLO LO QUE HABÍAN RECIBIDO ESE DÍA!

Las editoras hacen lecturas de esos ejemplares de manera muy superficial (en diagonal dicen ellos). Si el mismísimo Quijote hubiera sido analizado así…leyendo una de cada 29 páginas…no habría pasado una sola revisión.

Además, aún así hay novelas que son evaluadas positivamente pero no son seleccionadas por motivos de marketing. Yo mismo he comprobado años después y gracias a mi agente que una de mis novelas había sido evaluada positivamente en varias editoriales que curiosamente pertenecían al mismo grupo pero ni se planteaban hacerla al ser yo un desconocido.

SOLUCIÓN: amigos, nunca, nunca, nunca hay que caer en el desánimo y hay que seguir trabajando, puliéndose y disfrutando con nuestro trabajo. Si llega la suerte bien y si no es así, al menos habremos disfrutado escribiendo.

AGENTE: en mi casa el tener un representante, lo que se llama en este mundo un Agente Literario me ha ayudado mucho y poco a poco he ido mejorando y publicando. Os anticipo que mi novela El misterio de la casa de los Aranda sale en febrero con MAEVA, lo que considero es un gran paso para mí.

Es muy difícil que un agente acceda a representarte, sólo con la gestión de derechos de autores fallecidos y con los que ya llevan están saturados de trabajo, o sea que casi no te reciben. ¿Qué hacer, rendirse? Pues no, lo mismo, trabajar, trabajar, mandar manuscritos ir a sus despachos, presentarte y hablar con ellos (aunque aún así hay algunos que no te reciben).

En mi caso me ayudó mucho el que en el momento crucial recibí una nota manuscrita de nada menos que Pérez Reverte que decía que mi primera novela publicada que yo le había enviado (Crónica de Jufré) le había gustado. Eso me alegró mucho y también me ayudó.

Desde que tengo agente las cosas me van mejor, voy a publicar mi tercera novela y es que un agente conoce el mundillo, sabe qué editoras estarían interesadas en tus obras y defiende tus intereses en el plano legal.

En suma, que sea cual sea la vía que más os guste para dar salida a vuestras obras hay que tener en cuenta una cosa: el que resiste, gana. Yo mientras tanto, como Neruda, trabajo y trabajo.”




Nota: Material extraído del taller literario “Tengo una historia, ¿quién me la publica?” impartido el 27 de mayo de 2006 durante las I Jornadas de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, Sevilla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena. No te puedo decir mucho más, pues llevo un año intentanto que alguna editorial se intersese por mi primera novela y sólo consigo peticiones de dinero para publicarla. la verdad es que no me rindo, pues creo que merece la pena. Me basta recibir opiniones de terceros que de nada me conocen para intentar no sucumbir a la autopublicación. Te invito a leer alguna en www.delosrincones.blogspot.com
Hablas de agentes y para mi son entes abstractos, como las meigas, que haberlas... pero que no deben tener teléfono.

En fin, que agradecería alguna referencia útil para salir del círculo de los presupuestos para publicar.

Gracias

José Angel Muriel dijo...

Mi novela no se publicó por autoedición ni por coedición, pero sí que tuve que realizar cierta inversión. A pesar de la mala gestión de la editorial, pues el libro no se ha distribuido adecuadamente, la promoción que yo mismo organicé me ha permitido conocer a mucha gente y entrar en contacto con otras editoriales. Ahora mismo estoy en conversaciones con otra, que se ha interesado tanto por mi obra como por mi actitud a la hora de difundirla.